Mucho
se lleva hablando del debate de la portería desde que el pasado mes de
Diciembre, Jose Mourinho dejara en el banquillo a Iker Casillas para darle la
titularidad primero a Adán y luego a Diego López.
No voy
a entrar en el tema de filtraciones, topos y demás tonterías que como
aficionado me interesa más bien poco. Lo que me interesa como madridista y aficionado
al buen fútbol es que jueguen los mejores. Y si los mejores tienen rencillas
con el entrenador, los de arriba tienen que decidir que es lo mejor para el
equipo: el jugador o el mister.
No es
la primera vez. De hecho el actual presidente tiene dos antecedentes que se han
quedado grabados en la mente de los madridistas de verdad y no en la de esos
que Mourinho llamaba ‘Madridistas disfrazados’. En 2003, tras ganar la
Champions y la Liga decidió no renovar el contrato a Fernando Hierro, en el
club desde 1989, y a Vicente del Bosque, el último entrenador de la casa que ha
tenido el club blanco (durante al menos una temporada completa) y el más
exitoso de los últimos años. Pero no fue el único. Su relevo, Raúl Gonzalez
también sintió la falta de afecto del presidente y de la grada.
Desde la llegada de Florentino siempre hubo rumores de que quería cargárselo. No hizo más que traer pólvora para la delantera, pero el ‘7’ blanco (como diría el entrenador luso, el de verdad) aguantó y a base de trabajo fue convenciendo a entrenador tras entrenador…hasta que llegó Mourinho. Raúl supo entonces que lo mejor para el club y para él era poner pies en polvorosa y buscarse un nuevo destino. Eligió Alemania para demostrarse a sí mismo y a todos sus detractores que no estaba ni mucho menos acabado. En dos años en el Shalke 04 consiguió llevarlos a la semfinal de la Champions League por primera vez en su historia. Tras dos años, el equipo germano decide retirar el número ‘7’ durante la temporada siguiente a su marcha como gesto de inmensa gratitud.
Desde la llegada de Florentino siempre hubo rumores de que quería cargárselo. No hizo más que traer pólvora para la delantera, pero el ‘7’ blanco (como diría el entrenador luso, el de verdad) aguantó y a base de trabajo fue convenciendo a entrenador tras entrenador…hasta que llegó Mourinho. Raúl supo entonces que lo mejor para el club y para él era poner pies en polvorosa y buscarse un nuevo destino. Eligió Alemania para demostrarse a sí mismo y a todos sus detractores que no estaba ni mucho menos acabado. En dos años en el Shalke 04 consiguió llevarlos a la semfinal de la Champions League por primera vez en su historia. Tras dos años, el equipo germano decide retirar el número ‘7’ durante la temporada siguiente a su marcha como gesto de inmensa gratitud.
El
último en la lista es Casillas. Casillas vio las barbas de Raúl cortar pero no
puso las suyas a remojar. Mourinho vino desde el principio con la idea clara de
ponerle las cosas difíciles al de Móstoles. Desde el principio exigió un
portero de primera talla para hacerle competencia. No es algo descabellado,
pero sorprende teniendo en cuenta que en ninguno de sus equipos contaba con dos
porteros de categoría. Se bastó siempre con uno, ya sea Vitor Baia, Petr Cech o
Julio César. Sin embargo Iker no era suficiente para el portugués por lo que
decidió darle la alternativa con la liga aún en juego a un portero totalmente
inexperto como era Adán. Dijo que Adán estaba mejor que Casillas, aunque en
cuanto tuvo oportunidad se trajo al portero reserva del Sevilla y le otorgó la
titularidad.
La
labor de Diego López desde que volvió al Real Madrid ha sido impecable. Se ha
mostrado un portero seguro al que no le ha venido grande la camiseta. Ya
demostró su calidad en el Villarreal nada más salir de Real Madrid, pero le falta
algo que no se consigue con entrenamientos. Le falta la ‘flor’ en el culo que
tiene Casillas. Ese halo de semi-divinidad que consigue que un balón vaya al
palo en vez de ir adentro.
En las
últimas semanas se habló de si Casillas debería buscarse un equipo donde se le
valore. Yo espero que no. Espero que pase lo que pase esta temporada Iker siga
en el equipo y siga ejerciendo de capitán. Tal y como hizo el año pasado. Cerrar
la boca y trabajar respetando la decisión del entrenador. Casillas entiende lo
que significa el escudo y sabe que el equipo está por encima de todo. Irse, en
mi opinión sería de cobardes. Irse es la opción fácil. Espero que Iker tenga la
oportunidad de callar muchas bocas de aquí a final de temporada.
Seguramente la primera oportunidad la tengamos el próximo viernes ante Finlandia. Del bosque ya ha avisado de que a Iker hay que darle un trato especial. No es un jugador cualquiera. Es el capitán de la mejor selección del mundo y eso merece respeto.
Seguramente la primera oportunidad la tengamos el próximo viernes ante Finlandia. Del bosque ya ha avisado de que a Iker hay que darle un trato especial. No es un jugador cualquiera. Es el capitán de la mejor selección del mundo y eso merece respeto.