Desde hace más de 2 meses, en las oficinas de Concha Espina, el 26 de Febrero era una fecha marcada en rojo en el calendario - la vuelta de las semifinales de Copa. A 16 puntos del líder, la Liga se daba casi por perdida y el foco pasaba a las competiciones de entre semana: Copa y Champions. Lo que sin duda no se esperaba era un partido de vuelta tan plácido ante el FC Barcelona.
El partido empezó con el Barcelona volcado en ataque, a sabiendas de que un gol del Real Madrid dificultaría mucho la eliminatoria. En 2 minutos, el Barcelona tuvo las ocasiones más peligrosas del partido. 2 pases en profundidad y con Pedro ganándole la espalda a Coentrao, Messi tuvo una oportunidad de oro para inaugurar el marcador. El equipo de Tito Vilanova cambió su estilo durante los primeros minutos. Menos toque y más balones en profundidad. Y fue justo este planteamiento el que le mató.
En uno de esos pases a la espalda, Di María derribó a Messi a pocos centímetros del lateral del área. El resultado, gol de Madrid. Cristiano Ronaldo guió el contragolpe y acabó siendo derribado por Piqué dentro del área. Undiano Mallenco pitó pena máxima y el mismo CR7 marcó engañando al portero. 6 Clásicos seguidos marcando y ya supera a Messi en goles marcados en un Clasico, con 12. Minuto 13 y el Madrid se encontró con la eliminatoria de cara.
En la siguiente jugada, ahora en el área merengue, Cesc caía dentro del área. El público pidió penalty, pero la repetición mostraba como Arbeloa le sacó la bola limpiamente. El que sí fue, pero no lo pitó el arbitro, fue un claro penalty de Alonso a Pedro en el minuto 33. El jugador donostiarra arrolló al canario que ya había perdido el control del balón.
La clave en la primera mitad fue la desaparición de Messi y de Xavi del terreno de juego. Cuando la conexión Iniesta-Xavi-Messi no funciona como de costumbre, el Barça es un equipo mortal y sufre, como ya lo demostró en Milán la semana pasada. En cuanto al Real Madrid, un Cristiano Ronaldo enchufadísimo, metía el miedo a la defensa con sus desmarque ganándole las espalda a los centrales. Sin duda, el temprano gol ayudó al juego del Real Madrid y dejó medio grogui al equipo culé. La sensación al descanso fue que el Madrid pudo haber asestado el golpe de gracia en los primeros 45 minutos.
Tras la reanudación más de lo mismo. Iniesta +10 en el lado culé. CR7 y Di María en el lado merengue. El Barça fue de nuevo el primero que golpeó en la segunda mitad. Una serie de tiros y rechaces acabó con una volea dentro del área, que Diego López sacó en un alarde de reflejos. Y de nuevo el Madrid mató el partido en una contra tras un saque de falta en su campo. Pase de 50 metros para la carrera de Di María, que llegó al área perseguido por Puyol. Tras 2 recortes, dejó completamente sentado al capitán culé, y el rechace de su tiro lo recoge Cristiano en el balcón del área chica para mandar el balón a las mallas. Minuto 57 y el Barcelona necesitaba 3 goles.
Para cerrar el partido, y una eliminatoria de ensueño a nivel personal, llegó el gol de cabeza del joven central francés del Real Madrid. Un demarque de Ronaldo en el área arrastrando a la defensa con él abrió el hueco para la llegada desde atrás de Varane para, libre de marca, asestar un testarazo y poner la guinda al partido y para terminar de reivindicarse como un central de primera línea.
La sensación que queda tras los partidos de Milán y esta noche es que el Barcelona está falto de fuelle. Faltó cohesión en la defensa, las ayudas no llegan y los contragolpes del Real Madrid contaban con superioridad numérica merengue. El estado físico deja mucho que desear. Salvo Jordi Alba y Pedro un par de veces, nadie lanzaba un desmarque y pedían la pelota al pie. Messi no parece el de los 90 goles del año pasado. Desde la ida de la eliminatoria, estamos viendo a un Messi desconocido, falto de chispa. El único que no ha sentido el bajón de juego de su equipo es Iniesta. Un pase suyo por encima de la defensa a falta de 2 minutos, significó el gol de la honra de Jordi Alba.
En el Real Madrid, Ronaldo se hecho el equipo a la espalda y volvió a callar a aquellos que siempre han criticado que se borre en los partidos grandes. 7 goles en los últimos 6 clásicos. Otro jugador que ha callado muchas críticas sobre su implicación y su estado físico ha sido Ángel Di María. 90 minutos de carreras continuas de área a área. El segundo gol es obra de un carrerón suyo, pero también estuvo activo en tareas defensivas. Acabó el partido con la legua fuera y las medias bajadas. Y más en la sombra, Higuaín logró arrastrar siempre a los centrales al centro del campo para las carreras de Cristiano por la espalda de los centrales.
Lo que queda por ver es que pasará el Sábado en el Clásico de la Liga. ¿Saldrá Mourinho con el equipo de gala, o saldrá con los menos habituales y canteranos? Con el partido de Manchester el martes, quizás Mourinho prefiera dar descanso a sus mejores armas para que lleguen fresco a Old Trafford. Sin embargo, una victoria del Madrid en Liga contra el Barcelona puede ser la puntilla final al equipo culé y quien sabe si el principio de una remontada histórica por el título de liga.
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