Florentino Pérez, desde su llegada al club blanco en el año 2000, ha incorporado siempre una gran estrella mediática a la plantilla. Sin embargo, en los últimos años, el mandatario blanco intenta meterse en el menor número de líos posible y pone como condición sine qua non la declaración pública por parte del jugador de su intención de recalar en el Real Madrid.
En este
caso, Gareth Bale lleva haciendo muchos guiños en los últimos años al club
blanco y a la liga española, si bien también el FC Barcelona ha recibido
elogios por parte del extremo británico.
Si durante toda la pasada campaña el nombre de Bale ha estado en la
órbita de club merengue, no debemos olvidar que los mismos que lo dan casi por
hecho, dieron por hecho su fichaje hace dos campañas por el Barcelona.
En la
primavera de 2012 sonaba para reforzar la plantilla de uno de los grandes de
nuestra liga y ante el interés declaró: “Si hablamos de Barcelona o Real
Madrid, dos de los clubes más grandes del mundo, es un poco como lo que pasa
con Harry Redknapp e Inglaterra, que es un sueño que se presenta una vez en la
vida. ¿Qué jugador joven le diría que no al Barcelona o al Real Madrid?
Probablemente ninguno”. En otra ocasión había declarado que siempre es bonito y
especial que a uno le vinculen a grandes equipos como el Barça.
Después
de estas declaraciones hubieron medios que daban la operación por cerrada entre
el Tottenham y el Barcelona por unos 40 millones de euros y 5 millones para el
jugador.
Sin
embargo tras la negativa del presidente de la entidad londinense, Daniel Levy a
vender a su jugador franquicia al club culé, fue el Real Madrid el que entró en
escena. La lesión de Marcelo y el mal resultado que ha dado Coentrao obligaron
a la dirección deportiva del club a buscar un lateral izquierdo ‘top’. El
elegido fue Gareth Bale.
En el
Madrid gusta el jugador por varios motivos, todos ellos importantísimos para
los que toman estas decisiones. El jugador es un profesional dentro y fuera del
campo. No se lo conocen escándalos públicos, es joven (tan sólo 24 años), y
tiene experiencia en Europa.
El
perfil deportivo del jugador cambió en la última temporada cuando Villas-Boas
le dio una gran libertad de movimientos poniéndole primero de extremo por la
izquierda y más tarde como media punta. La temporada pasada fue elegido, por
segunda temporada consecutiva, como mejor jugador de la Premier League inglesa
y fue la temporada en la que explotó en su función goleadora, convirtiendo 26
goles y repartiendo 15 asistencias en 44 partidos oficiales con su club.
Se le
considera un Cristiano Ronaldo zurdo, al que igualó como único jugador en
recibir el título como Mejor Jugador de la Premier League, Mejor Jugador Joven
del año y Mejor Jugador del año para la Asociación de Escritores de Futbol (FWA
por sus siglas en inglés) en una misma temporada. Además, la posición que
adopta en los lanzamientos libres es calcada a la ‘posición de pistolero’ del
jugador luso.
El
último guiño del jugador, que no quiere enemistarse con el club en el que ha
crecido como jugador y con la afición pidiendo el ‘transfer-request’, ha sido
unas declaraciones donde admite querer cambiar de aires, siendo la liga
española su destino preferido. Una de las bazas que juega a favor del Real Madrid
para convencer al jugador es la posibilidad de disputar la Liga de Campeones,
una competición muy querida por todos los jugadores.
Tras el
temporadón del jugador galés, el club inglés ha subido la demanda a cerca de 80
millones de euros, cantidad que el Real Madrid, en estos momentos no parece
dispuesto a pagar. La táctica que parece va a adoptar el club es la misma que
adoptó el verano pasado en el fichaje de Luka Modric. Esperar al mes de agosto
para intentar rebajar el precio, pedir al jugador que fuerce la situación y
acometer la operación en los últimos días del mercado de fichajes.
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