El partido de anoche entre el Manchester City y el Real Madrid no fue un gran partido. Lo único positivo es la clasificación del Real Madrid para los octavos de final de la máxima competición continental. El partido se vio enturbiado por la calamitosa actuación del trencilla italiano que pitó lo que le vino en gana, penalti y expulsión incluido. Los primeros 30 minutos fueron claramente blancos, gol incluido, hasta el doble fallo de CR7, por chupón y el de Khedira. A partir de ahí, y con Silva como estandarte en el centro del campo, el equipo de Mancini se hizo con el control del partido, aunque sin suerte de cara al gol.
El ritmo del partido afectó al publico que intentó animar a su equipo con gritos de 'C'mon City' tras el gol de Benzema, pero poco tiempo después se apagó el grito de la hinchada mientras veía como su equipo no atinaba ante la portería de Casillas.
En la segunda parte la cosa cambió aunque no en gran medida. El City fue el amo y señor del balón obligando al Real Madrid a replegarse y salir al contragolpe como tanto le gusta al técnico portugués. Del portugués también se acordó una parte de la hinchada local - la única parte que se dejó escuchar en el estadio a lo largo del partido - con gritos de "Fuck of Mourinho, fuck off Mourinho" que fueron rápidamente contrarrestados por los aficionados blancos que se encontraban a escasos metros de los hinchas citizens con gritos de "Jóse Mourinho, lolololololo Jóse Mourinho". Los aficionados blancos también agradecieron las actuaciones de Iker, que volvió a dejar una acción más en pos de su beatificación salvando in con la 'lorza' el remate de Edin Dzeko en el minuto 64 y que enmudeció al estadio cuando la acción fue mostrada en los videomarcadores.
San Iker aplaudiendo a la afición antes del partido |
La próxima jornada, en Stamford Bridge, tendré una nueva oportunidad de vivir ese mágico ambiente que tanto dicen que existen en los estadios ingleses. Y, como en el caso del City, el equipo local se juega la continuidad en una competición que ganó el año pasado tras 10 años de millonarias inversiones por partes de Abramovich, y que ya se ha cobrado una víctima este año, el entrenador Di Matteo.
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