jueves, 18 de octubre de 2012

Gilad Shalit - un año después

18 Octubre 2011, mediodía, paso fronterizo de Rafiaj, entre Gaza e Israel. Cientos de miles de ojos están viendo a través de sus televisores la primera entrevista a Gilad Shalit tras su liberación. Una encerrona perpetrada por la televisión egipcia. Tras cinco años de cautiverio, por fin su familia puede volver a escuchar su voz y respirar tranquila, y con ellos un país entero. Imágenes posteriores muestran a 2 personas armadas tras la silla desde donde un Gilad Shalit, aún aturdido y visiblemente derrotado, responde a las preguntas-ataques de la presentadora egipcia. En ella, según sus propias palabras, tenía la presión por los suelos, se sentía mal. No estaba acostumbrado a hablar tanto de una vez.

Gilad Shalit en el momento de la entrevista a la televisón egipcia



Hoy, un año después, aquel enclenque soldado ha conseguido recuperarse. Poco a poco se ha hecho una nueva rutina de vida, acompañado de su familia y amigos. Sin duda, la beligerancia de sus padres y la presión ejercida también desde los medios de comunicación y el pueblo, han hecho de él un icono. Tras su liberación, la prensa se ha portado extremadamente bien. Sin agobios, sin persecuciones. Incluso le han ofrecido una columna en un periódico de tirada nacional - Yediot Aharonot - para hablar de lo que más le gusta - el deporte. Fútbol, NBA,... Ha podido asistir al NBA All Star Weekend, al Clásico, con polémica incluida como ya se pudiera leer en este mismo blog.
En los últimos meses se ha estado grabando una película documental sobre la liberación de Gilad. Anoche, en el primer aniversario de su liberación, lo que bien podría ser su nuevo primer cumpleaños, el Canal 10 israelí estreno el documental.
En él hemos podido ver a un Gilad Shalit entero, sin atisbos de traumas. Ha hablado con sinceridad sobre como sobrevivió a aquello.  


Una sonrisa que bien vale el precio pagado (Shalit en el Clásico)


Un gran temor

En un primer momento no pensó que Hamas pudiera haber llevado a cabo la operación, pensó más en Hizbolla, una organización más entrenada en este tipo de acciones, según sus palabras. Sabía que su cautiverio podía durar largos años, hasta que las dos partes llegarán a un acuerdo. Sin embargo temió por su vida. "Sabía que podía durar varios años", "tuve miedo de que pasase lo que pasó con Ron Arad, que incluso hubo negociaciones que no llevaron a nada, no hubo con quien hablar. Eso era lo que temía, que me olvidaran, que no hubiera con quien hablar".

Su secreto fue mantenerse optimista. No perder la esperanza por poco esperanzadora que fuera la situación. Intentó disfrutar lo poco que tenía, las pequeñas cosas: el hecho de que le dejaran ver la televisión y escuchar radio - con lo que incluso aprendió árabe, un comida pasable, el hecho de que no le torturasen, etc. Así pudo mantenerse al tanto de lo que ocurría en la zona

El deporte - su salvación

Quiso mantener una rutina diaria, no quedarse tirado en la cama. Era la única manera de mantenerse cuerdo. Fue capaz de llevar cuenta de los días, no perdió tampoco la cuenta de las horas. Pronto fue capaz de hacerse un reloj mental. "Nunca estuve en la situación de no saber que día era y que fecha era. Incluso la hora aprendí a reconocerla, por medio de la salida y puesta del sol, por sus rezos". Todo esto con tan solo 19 años, edad que tenía en el momento del secuestro. Sin duda, mantener la cabeza fría fue lo que más le ayudo.
Hablo de su relación con sus captores. Poco a poco fueron habiendo conversaciones entre ellos, llegando a ver incluso partido de fútbol juntos en la tele, como un Hapoel Tel Aviv - Olympique de Lyon de la Fase de Grupos de la UEFA Champions League en 2010. Recordó la sorpresa de los captores ante el buen juego de los israelíes con el gol de 'tijera' de Zahavi. El deporte, lengua internacional, le permitió mantener la cordura y relacionarse con sus captores.
Revivió los juegos a los que solía jugar solo o con sus captores para no perder la cabeza, desde las damas o domino hasta el tutti fruti o un calcetín o camiseta con los que formaba una pelota para encestarla en la basura. Por miedo a olvidar, incluso se hizo un plano de su pequeño pueblo Mizpe Hila.

Los videos

También habló de los vídeos que salieron a la luz y que llegaron a sus padres como muestra de que estaba vivo. Le dictaron que decir, incluso a añadir algo personal, para que sus padres supieran que era él. En un principio, llegó a pensar que el vídeo podía suponer el fin de su captura, pero acabó por acostumbrarse a que un vídeo no significaba nada. Se acostumbre a no hacerse demasiadas esperanzas con cualquier cosa que se pudiera decir en la prensa.

Le será dificil enviar a sus hijos al ejército. Pero no olvida que fue el país el que le sacó de ahí, y que aunque espera que ya no sea necesario, cuando llegue el momento sus hijos cumpliran con sus obligaciones civiles y se enrolarán en el ejército

Del documental puede sacarse en claro que Gilad sigue siendo un chico tímido, retraído, pero que no ha perdido la sonrisa, ni la cabeza. Quiere ser un chico normal, un chico más, aunque todo lo pasado es algo de lo que nunca podrá deshacerse.

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