viernes, 30 de agosto de 2013

Nuestro Capitan



Mucho se lleva hablando del debate de la portería desde que el pasado mes de Diciembre, Jose Mourinho dejara en el banquillo a Iker Casillas para darle la titularidad primero a Adán y luego a Diego López.
No voy a entrar en el tema de filtraciones, topos y demás tonterías que como aficionado me interesa más bien poco. Lo que me interesa como madridista y aficionado al buen fútbol es que jueguen los mejores. Y si los mejores tienen rencillas con el entrenador, los de arriba tienen que decidir que es lo mejor para el equipo: el jugador o el mister.

No es la primera vez. De hecho el actual presidente tiene dos antecedentes que se han quedado grabados en la mente de los madridistas de verdad y no en la de esos que Mourinho llamaba ‘Madridistas disfrazados’. En 2003, tras ganar la Champions y la Liga decidió no renovar el contrato a Fernando Hierro, en el club desde 1989, y a Vicente del Bosque, el último entrenador de la casa que ha tenido el club blanco (durante al menos una temporada completa) y el más exitoso de los últimos años. Pero no fue el único. Su relevo, Raúl Gonzalez también sintió la falta de afecto del presidente y de la grada. 
Desde la llegada de Florentino siempre hubo rumores de que quería cargárselo. No hizo más que traer pólvora para la delantera, pero el ‘7’ blanco (como diría el entrenador luso, el de verdad) aguantó y a base de trabajo fue convenciendo a entrenador tras entrenador…hasta que llegó Mourinho. Raúl supo entonces que lo mejor para el club y para él era poner pies en polvorosa y buscarse un nuevo destino. Eligió Alemania para demostrarse a sí mismo y a todos sus detractores que no estaba ni mucho menos acabado. En dos años en el Shalke 04 consiguió llevarlos a la semfinal de la Champions League por primera vez en su historia. Tras dos años, el equipo germano decide retirar el número ‘7’ durante la temporada siguiente a su marcha como gesto de inmensa gratitud.

El último en la lista es Casillas. Casillas vio las barbas de Raúl cortar pero no puso las suyas a remojar. Mourinho vino desde el principio con la idea clara de ponerle las cosas difíciles al de Móstoles. Desde el principio exigió un portero de primera talla para hacerle competencia. No es algo descabellado, pero sorprende teniendo en cuenta que en ninguno de sus equipos contaba con dos porteros de categoría. Se bastó siempre con uno, ya sea Vitor Baia, Petr Cech o Julio César. Sin embargo Iker no era suficiente para el portugués por lo que decidió darle la alternativa con la liga aún en juego a un portero totalmente inexperto como era Adán. Dijo que Adán estaba mejor que Casillas, aunque en cuanto tuvo oportunidad se trajo al portero reserva del Sevilla y le otorgó la titularidad.

La labor de Diego López desde que volvió al Real Madrid ha sido impecable. Se ha mostrado un portero seguro al que no le ha venido grande la camiseta. Ya demostró su calidad en el Villarreal nada más salir de Real Madrid, pero le falta algo que no se consigue con entrenamientos. Le falta la ‘flor’ en el culo que tiene Casillas. Ese halo de semi-divinidad que consigue que un balón vaya al palo en vez de ir adentro.

En las últimas semanas se habló de si Casillas debería buscarse un equipo donde se le valore. Yo espero que no. Espero que pase lo que pase esta temporada Iker siga en el equipo y siga ejerciendo de capitán. Tal y como hizo el año pasado. Cerrar la boca y trabajar respetando la decisión del entrenador. Casillas entiende lo que significa el escudo y sabe que el equipo está por encima de todo. Irse, en mi opinión sería de cobardes. Irse es la opción fácil. Espero que Iker tenga la oportunidad de callar muchas bocas de aquí a final de temporada. 
Seguramente la primera oportunidad la tengamos el próximo viernes ante Finlandia. Del bosque ya ha avisado de que a Iker hay que darle un trato especial. No es un jugador cualquiera. Es el capitán de la mejor selección del mundo y eso merece respeto.



Y por fin llegó



La verdad, este jueguecito al que nos tiene acostumbrada nuestro presidente me está empezando a cansar. Lo hizo con Ronaldo, el brasileño, el verdadero, con Ramos y el año pasado repitió el mismo baile con la misma pareja para traer a Modric.

El caso del de Camas fue el menos grave pues llegaba rodado tras hacer la pretemporada y jugar el primero partido de la temporada con el Sevilla. Sin embargo el caso del croata debería haber encendido las alarmas en las oficinas del club cuando para el principio de la pretemporada el jugador galés no estaba a las órdenes de Carlo Ancelotti. Traer a un jugador que no ha jugado un partido desde el último partido de liga por el que se van a pagar 100 millones de euros no tiene sentido.

La última bravuconada del dueño del Tottenham fue hacer esperar al Real Madrid hasta la contratación de 3 jugadores para suplir la marcha de Bale. El Tottenham ha jugado con el Real Madrid como si fuera un equipo pequeño, y lo peor es que Florentino no se ha dado cuenta o no ha querido. La lucha de egos, la batallita de ver quien la tiene más grande no es de la altura de un club como el Real Madrid. Tirarse más de dos meses rogando por un jugador de 23 años que aún no ha ganado ningún título de prestigio y por ese precio no debería tener cabida en un club como el Real Madrid.

Lo correcto en este caso hubiera sido retirarse en el último momento, dejar al Tottenham tirado con 100 millones de euros gastados en fichajes para sustituir a un jugador que finalmente no ha vendido y que ha indicado por activa y por pasiva el deseo de marcharse del club londinense. Eso hubiera servido para alertar a futuros navegantes y quitarnos la fama de ‘tío Gilito’ que tiene Florentino, por la cual cada jugador en el que se interesa sube su cotización